TÉCNICAS DE APLICACIÓN, DOSIMETRÍA.
Los equipos más comúnmente empleados son lámparas IR o emisores no luminosos, en función de si el tratamiento es local o baño de IR (parcial o completo). En este caso, suele tratarse de varias lámparas (entre 4 y 9) de 60 W, dispuestas en un túnel reflector que cubre al paciente.
En la actualidad han entrado en uso las lámparas incandescentes ya que como se explica la radiación penetra más en la piel pero que no trae diferencias en el incremento de la temperatura de la piel, como las demás lámparas.
Según la potencia de la lámpara (150-1300 W), ésta se dispondrá a suficiente distancia de la piel, habitualmente entre 40 y 60 cm.
Hay que tener en cuenta la ley del inverso del cuadrado de la distancia para modificar la dosis y la ley de Bunsen-Roscoe para calcular el tiempo de exposición. De esta forma, a una distancia doble, la intensidad se reduce 1/4, por lo que el tiempo deberá aumentarse 4 veces para mantener la misma dosis.
La zona que será tratada, debe de estar completamente desnuda, es decir sin ni un tipo de joyas o prendas para así permitir la mayor absorción de la radiación, a veces se aplica algún fármaco antiinflamatorio pero nunca antes ya que la zona se sobrecalentaría provocando quemadura, sino que seria después, para así cuando los poros están dilatados permitir una rápida absorción de la crema o medicamento aplicado. La unidad de medida de la intensidad de radiación IR se denomina pirón y equivale a 1 cal x g/cm2/min. Equivalente a 69.7 x10-3 W/cm2. En la práctica, suele emplearse la sensación subjetiva
de calor como referencia; por ejemplo:
- Calor moderado (» 0,5 pirones): sensación de calor ligero y agradable.
- Calor intenso (» 1 pirón): sensación de calor intenso, no agradable, pero soportable.
- Calor intolerable (» 1,5 pirones): calor muy intenso, sensación de dolor, eritema intenso y sudación.
Así, el efecto analgésico puede obtenerse con un calor moderado durante un tiempo breve (10-15 min.); el efecto antiinflamatorio puede obtenerse con una dosis media (entre 0,5 y 1 pirón), durante un tiempo más largo (alrededor de 30 min.). Para los baños de IR, suele emplearse calor moderado durante más tiempo.
INDICACIONES
• Debido al efecto relajante y descontracturante sobre la musculatura estriada, junto al aumento del aporte sanguíneo, tal vez una de las indicaciones más comunes la constituyen los espasmos musculares producidos por patología osteoarticular subyacente.
• En la enfermedad oclusiva arterial periférica se han descrito tratamientos con baños de IR para mantener el flujo adecuado de sangre, con la precaución de no elevar excesivamente la temperatura, lo que podría aumentar la demanda metabólica y favorecer la gangrena.
• En erosiones superficiales de la piel en zonas húmedas, como pliegues inguinales y glúteos, o en zona perineal se emplean aplicaciones muy suaves, con lámparas de 40W. El objetivo, además de aprovechar el efecto trófico y antiinflamatorio, es contribuir a secar la zona, pues la humedad de los pliegues dificulta la cicatrización de las erosiones.
• Por su efecto sedante y analgésico, la terapia IR está indicada en dolores irritativos, que no soporten el contacto con termóforos, como neuritis y neuralgias.
• El baño de IR tiene interés en problemas circulatorios que cursen con hipertensión, por el efecto vasodilatador, y en el estrés, por su efecto sedante y relajante.
CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
Muchas de las contraindicaciones son las propias del calor como:
— Enfermedad cardiovascular avanzada,
— Alteraciones de la circulación periférica.
— Alteraciones de la sensibilidad o zonas anestésicas en la piel.
— Etapas agudas de la inflamación.
La vasodilatación periférica puede hacer considerar otras contraindicaciones, como la
hipotensión o los días de menstruación en la mujer.
No debe aplicarse en hemorragias recientes o zonas donde haya riesgo de su producción, puesto
que la hiperemia podría desencadenarlas.
Los principales peligros de la aplicación inadecuada de los IR son:
1. Producción de una quemadura local.
2. Aparición de lipotimias, cuando se tratan zonas extensas.
3. Aparición de cataratas en caso de exposición prolongada y continua a los IR.
Los equipos más comúnmente empleados son lámparas IR o emisores no luminosos, en función de si el tratamiento es local o baño de IR (parcial o completo). En este caso, suele tratarse de varias lámparas (entre 4 y 9) de 60 W, dispuestas en un túnel reflector que cubre al paciente.
En la actualidad han entrado en uso las lámparas incandescentes ya que como se explica la radiación penetra más en la piel pero que no trae diferencias en el incremento de la temperatura de la piel, como las demás lámparas.
Según la potencia de la lámpara (150-1300 W), ésta se dispondrá a suficiente distancia de la piel, habitualmente entre 40 y 60 cm.
Hay que tener en cuenta la ley del inverso del cuadrado de la distancia para modificar la dosis y la ley de Bunsen-Roscoe para calcular el tiempo de exposición. De esta forma, a una distancia doble, la intensidad se reduce 1/4, por lo que el tiempo deberá aumentarse 4 veces para mantener la misma dosis.
La zona que será tratada, debe de estar completamente desnuda, es decir sin ni un tipo de joyas o prendas para así permitir la mayor absorción de la radiación, a veces se aplica algún fármaco antiinflamatorio pero nunca antes ya que la zona se sobrecalentaría provocando quemadura, sino que seria después, para así cuando los poros están dilatados permitir una rápida absorción de la crema o medicamento aplicado. La unidad de medida de la intensidad de radiación IR se denomina pirón y equivale a 1 cal x g/cm2/min. Equivalente a 69.7 x10-3 W/cm2. En la práctica, suele emplearse la sensación subjetiva
de calor como referencia; por ejemplo:
- Calor moderado (» 0,5 pirones): sensación de calor ligero y agradable.
- Calor intenso (» 1 pirón): sensación de calor intenso, no agradable, pero soportable.
- Calor intolerable (» 1,5 pirones): calor muy intenso, sensación de dolor, eritema intenso y sudación.
Así, el efecto analgésico puede obtenerse con un calor moderado durante un tiempo breve (10-15 min.); el efecto antiinflamatorio puede obtenerse con una dosis media (entre 0,5 y 1 pirón), durante un tiempo más largo (alrededor de 30 min.). Para los baños de IR, suele emplearse calor moderado durante más tiempo.
INDICACIONES
• Debido al efecto relajante y descontracturante sobre la musculatura estriada, junto al aumento del aporte sanguíneo, tal vez una de las indicaciones más comunes la constituyen los espasmos musculares producidos por patología osteoarticular subyacente.
• En la enfermedad oclusiva arterial periférica se han descrito tratamientos con baños de IR para mantener el flujo adecuado de sangre, con la precaución de no elevar excesivamente la temperatura, lo que podría aumentar la demanda metabólica y favorecer la gangrena.
• En erosiones superficiales de la piel en zonas húmedas, como pliegues inguinales y glúteos, o en zona perineal se emplean aplicaciones muy suaves, con lámparas de 40W. El objetivo, además de aprovechar el efecto trófico y antiinflamatorio, es contribuir a secar la zona, pues la humedad de los pliegues dificulta la cicatrización de las erosiones.
• Por su efecto sedante y analgésico, la terapia IR está indicada en dolores irritativos, que no soporten el contacto con termóforos, como neuritis y neuralgias.
• El baño de IR tiene interés en problemas circulatorios que cursen con hipertensión, por el efecto vasodilatador, y en el estrés, por su efecto sedante y relajante.
CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
Muchas de las contraindicaciones son las propias del calor como:
— Enfermedad cardiovascular avanzada,
— Alteraciones de la circulación periférica.
— Alteraciones de la sensibilidad o zonas anestésicas en la piel.
— Etapas agudas de la inflamación.
La vasodilatación periférica puede hacer considerar otras contraindicaciones, como la
hipotensión o los días de menstruación en la mujer.
No debe aplicarse en hemorragias recientes o zonas donde haya riesgo de su producción, puesto
que la hiperemia podría desencadenarlas.
Los principales peligros de la aplicación inadecuada de los IR son:
1. Producción de una quemadura local.
2. Aparición de lipotimias, cuando se tratan zonas extensas.
3. Aparición de cataratas en caso de exposición prolongada y continua a los IR.
Trabajo realizado por Azael Ortega Valdovinos.
El articulo de mi compañero esta bien explicado de una manera muy practica, relacionado a mi tema puede decirse que aunque ciertos rayos son dañinos para el cuerpo siempre existe su lado positivo, en este caso seria hacia ciertas enfermedades; aunque el caso que sea hay que cuidarse de la prolongada exposicion a cualquier tipo de radiacion.
ResponderEliminarUn buen trabajo de mi compañero.
Daniel Santiago Escobar
Naim:
ResponderEliminarEste tema es el que tuvo mas concordancia con el mío a comparación con el de mi otros compañeros, ya que habla sobre tratamiento de la radiación en zonas o problemas de salud, la radiación cuando se ocupa de una manera adecuada tiene muchos efectos positivos, yo no sabia que tan buena puede ser la radiación en si, y el gran numero de cosas en que se emplea, aunque muchas veces para mal. BUEN ARTICULO!!